La gente que me conoce podría certificártelo: me encanta llevar la contraria. No dejo pasar ninguna oportunidad de decir lo contrario de lo que dice todo el mundo, si es lo que pienso.
Dicen que Goebbels dijo que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Sea la frase apócrifa o no, por eso desconfío de cualquier cosa que tenga que repetirse mil veces.
Por ejemplo, habrás leído mil veces lo importantes que son los guionistas para la industria del entretenimiento.
Pues bien. Yo digo que no.
Si nos pagan mal, nos ningunean y nos putean, solo puede ser porque no somos tan importantes.
Y tengo una prueba.
Hace poco, una productora española anunció haber habilitado "durante quince días" un email para recibir proyectos.
Yo les envié un proyecto de serie y al cabo de unas semanas les escribí para intentar averiguar cómo había sido recibida mi idea.
Me encontré con que era cierto: la dirección de email había sido eliminada al cabo de dos semanas.
Si los guiones son tan valiosos, ¿tiene sentido establecer un plazo de quince días para recibir proyectos?
¿No sería más razonable habilitar un teléfono 24h, 365 días del año? ¿Quizá un servicio urgente de recogida a domicilio? ¿Un sistema de compra automática de opciones para que no se te escape ese guion tan valioso?
Si las productoras ni se molestan en contestar tus emails y establecen plazos de quince días para recibir proyectos, solo puede haber un motivo:
los guionistas y los proyectos interesantes abundan.
Si los pisos en el barrio de Salamanca por 100000€ abundasen, también los compradores dirían "recibo ofertas durante quince días".
No, no hay escasez de ideas para series y peliculas.
Los guionistas no somos tan importantes. Somos baratos.
Y lo dejo aquí. Te veo pronto, en el gran estreno de "El trapiche XI".
Si te ha interesado algo de este trapiche, ayúdame a que los descubra más gente.
Trapicheo de ideas para una TV más sabrosa.
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