El héroe de allá abajo
Holahí.
Voy a ser cruel.
Voy a recordarte tus vacaciones.
La gente relaciona el “veranito” con el mar. A finales de junio empezamos a ver una avalancha de logos, escaparates y anuncios con motivos marinos.
Bob Esponja, el capitán Pescanova, Popeye.
Mallorca, Sanxenxo, Malvarrosa, Tenerife.
“Un paraíso”, dice la gente cuando descubre una cala de aguas turquesas.
Nunca lo he entendido. A mí el mar siempre me ha parecido un lugar terrorífico. Tiene más que ver con un Hades. Oscuro, frío, silencioso, hostil.
No importa lo grande y avanzado que sea el barco en el que navegues. El mar pugna en cada instante por arrastrarlo a un abismo, a kilómetros por debajo de la luz.
La ley del mar es sencilla: un error y estás muerto.
Bueno, no exactamente muerto. Los muertos tienen tumbas, epitafios, flores.
El mar te convierte en un recuerdo.
Los griegos decían que los marineros deberían contarse ni entre los vivos ni entre los muertos, sino en una categoría intermedia. En la tradición musulmana, siempre tan de secano, se decía que el mar era “el trono de Satán”. Y la profesión de pescador sigue siendo una de la más arriesgadas: más de 24000 muertos al año.
En Galicia se conserva esa visión tenebrosa del Océano. “Levouno o mar” (“se lo llevó el mar”), se dice de un desaparecido en un naufragio. Como si el mar fuese un criatura sobrenatural que viene a buscarnos cuando llega nuestra hora.
Si pasas unos días en un pueblo de la Costa da Morte (de la “Morte”, no del “paraíso”), oirás muchas otras expresiones sombrías relacionadas con el mar:
“el mar reclama lo que es suyo”, “el mar devuelve los muertos a los siete días”. Al mar abierto se le llama mar “de fóra”, para recordarnos que aquel no es nuestro mundo.
Por todo esto, me gusta mucho más “Moby Dick” que los flotadores fucsia con forma de flamenco.
En esos abismos, a no muchos miles de kilómetros de donde estás ahora mismo, habita un héroe. No es una criatura gomosa de forma alienígena, sino un héroe de sangre caliente que lucha por sus crías y siente compasión por sus semejantes, como tú.
“Odisea en el océano” es posiblemente el mejor documental de bichos que he visto. No he encontrado una versión online de mejor calidad que ésta que te ofrezco, pero merece la pena.
Los renderizados 3D están superados porque ya tiene unos años, pero la película está tan bien escrita, rodada y montada como una buena película de ficción.
Conmovedora. Fascinante. Interesante.
Nunca he vuelto a ver igual al héroe de allá abajo.
EL TRAPICHE
Trapicheo de ideas para una TV más sabrosa.
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